viernes, 13 de marzo de 2009

HE SEGUIDO .....

He seguido contactándome con Claudia. Me escribió una carta donde venía un poema; son letras que hablan de vacío, de dolor y de angustia; en ellas me describe (a mí) como una imagen fantasmagórica, una suerte de holograma creado por su propia mente; señala que no deja de pensar en mí. Claudia deja patente su soledad al aferrarse a alguien tan etéreo como lo soy yo. No me conoce, tan sólo están unas pocas palabras que he sembrado en esos campos infinitos y ella ya me tiene en su cabeza apretada y febril. Pero yo sé lo que es eso, o mejor dicho quien es, es aquella que viene cuando nadie la llama y la que se va cuando uno más la necesita, se llama esperanza. La esperanza, una gota de agua que hace pensar que en alguna parte ha de existir la fuente de donde emana el agua que calma la sed.
Si, ella tiene razón, soy una imagen que su mente ha creado, pero a la vez yo también me he creado una imagen de ella. Hablamos sobre esto y lo aceptamos, conscientes de nuestra irrealidad asumimos, por ahora, este juego. Es un juego morboso porque sufrimos, morboso porque nos inventamos sufrir para sufrir más; es un experimento para ver qué sucede.
Cada vez que leo y vuelvo a leer su poema, sus letras dolorosas me hacen endurecer el pene de forma furiosa. Parecen ser tantas coincidencias de gustos, opiniones, que es para no creer tanta casualidad. Cuando Claudia habla de su fatalidad -¡como usa esa palabra¡- quisiera poder estar a su lado acariciándola, abrazándola, dándole a beber un poco de la bebida amargadulce con trozos de ternura, pero por ahora estamos lejos el uno del otro.
Claudia, ignoro tu vida, la causa de tus fatalidades. Tu grito desesperado de dolor y angustia me excita, me entristece y conmueve, todo junto revuelto como en una licuadora.

1 comentario:

Macario dijo...

es bastante probable