viernes, 22 de mayo de 2009

ME CUENTAS QUE ERES......

Me cuentas que eres llorona como María la Magdalena. ¿ Te has puesto a pensar, Claudia, lo que pasará cuando nos encontremos en Isla Negra? ¿te has puesto a pensar que conmigo llorarás mucho más que una María de Magdala? Sufrirás, mi princesa dolorosa.De pronto mi fantasía glotona y mórbida comienza a volar y me veo hundiéndote en profundos pantanos de humillación, insoportables, en donde no paras de gritar y suplicar piedad. En esos cuadros me doy el lujo de ser sádico y deleitarme con los temblores de tus carnes desnudas y maltratadas y tu boca abierta. Eres mía en esas fantasías, real y absolutamente mía y de mi capricho, como un juguete favorito; mía, sólo mía; soportando pruebas infranqueables, atendiéndome, desviviéndote, fregando el piso desnuda, sudorosa y humillada como una perra esclava; hasta que no das más de tantos absurdos rigores y me lo increpas, y sale la feminista militante que hay en ti y te propongo, entonces, terminar el juego, y ándate y no vuelvas más nunca, y olvídate de mí. Tú llanto ahora es en serio, más desgarrado que nunca e histérico, con babas y mocos saliendo por tu nariz y boca. Te arrastras como una lombriz hasta mis pies, solicitando perdón, que no lo volverás a hacer, que te azote, que te escupa, pero que no terminemos el juego. No, rotundos nos, no; vístete, no te tocaré y vete de aquí. De rodillas, así empelotas, diriges tu vista al cielo; tu cara mojada en lágrimas, te tocas la cabeza con ambas manos y lanzas un NOOOOOOOOO desgarrador, como de dentro de un abismo profundo y tus carcajadas de llanto hacen que tus enormes tetas colgantes, tus ubres de vaca, se agiten en un pequeño bamboleo tembloroso, como si lloraran también de forma independiente, paralela y solidaria a tus ojos.
-Nooooo, noooooo, por favor, noooo, no terminemos, no me botes, te lo imploro, esto es lo único que tengo en mi vida.
La imagen patética de verte desnuda rogando, me endurece el falo y con furia te agarro a bofetadas en el rostro y en los pechos, para luego darte con una varilla fina, una lluvia de golpes en la espalda, implacables y lacerantes.
-¿ No es esto lo que te gusta ?, ¿es esto lo que quieres, Claudia? ¿te gusta esto ? ¿es esta tu terapia?.
Como nos contestas, te sigo castigando hasta que lanzas el aullido lastimoso y lloroso que los dos esperamos,
-Me gusta, me gusta, no pares, sigue y rómpeme el lomo.
Tu llorar es tan conmovedor que me detengo y te abrazo por detrás, besándote el cuello salado y susurrándote,
-Calma, calma, ya pasó, ya pasó, dolorosa.
Tus hipos rezagados se prolongan durante varios minutos, hasta que se acaban y quedas en silencio y suspirando relajada. Te llevo al baño, yo mismo te jabono el cuerpo y enjuago, te seco con la toalla para luego quedar ambos, sentados, desnudos en un sofá escuchando la música que te gusta, a oscuras, sin hablar, fumando y sintiendo nuestras pieles.

2 comentarios:

Unknown dijo...

mi estimado Cristian, creo que el dia que tu, y tu Claudia se reunan por din temblara la tierra, pero como nuestro pais es zona sismica, quizas pase desapercibido para los vecinos, pero las olas de Isla Negra, y quizas hasta el propio Vate,en su tumba, sonreiran..

Dani Caine dijo...

Cristian, el enunciador de tu historia se parece al hombre más apasionado que he conocido y que me volvió loca, sentí que lo leía... tenía un temita con el masoquismo. Este texto me despertó nostalgias. Besos.