sábado, 30 de mayo de 2009

SEUDOESCLAVA.

Estaba cansado ayer en la noche por lo que cuando me acosté, a las 11, me dispuse a dormir; no quería pajearme como le había prometido a la seudoesclava, sólo dormir. Pero apenas coloqué la cabeza en la almohada no logré conciliar el sueño.
Me puse a pensar en la esclava o seudoesclava, en su cuerpo desnudo frente al espejo, en su piel blanca, en sus cambios de ánimo y humor repentinos sin aviso y sospechosos, en su cara y ojos melancólicos. La cosa es que ya no dormí y casi sin darme cuenta tenía el miembro muy grande y palpitante; sentía que mis pelotas era inmensas, que toda mi genitalidad era enorme, tan grande como las tetas de la seudo esclava. Me imaginé amándola, llorando con ella, bufando como un animal cuando ella cabalgaba sobre mí y preguntándole a gritos por qué había aparecido en mi vida, por qué era así, por qué se empecinó en mí. Creo que la seudoesclava, por alguna misteriosa razón supo que yo no me estaba masturbando como lo habíamos acordado y vino a molestarme anoche, a torturarme, a ofrecerse desde la lejanía, a reprocharme como siempre lo hace, como siempre es una esclava, con cara de esclava, con cuerpo de esclava, con delirios de esclava . ¡ Por dios, mi esclava y te atreves a suponer que no pienso en vos¡

viernes, 22 de mayo de 2009

ME CUENTAS QUE ERES......

Me cuentas que eres llorona como María la Magdalena. ¿ Te has puesto a pensar, Claudia, lo que pasará cuando nos encontremos en Isla Negra? ¿te has puesto a pensar que conmigo llorarás mucho más que una María de Magdala? Sufrirás, mi princesa dolorosa.De pronto mi fantasía glotona y mórbida comienza a volar y me veo hundiéndote en profundos pantanos de humillación, insoportables, en donde no paras de gritar y suplicar piedad. En esos cuadros me doy el lujo de ser sádico y deleitarme con los temblores de tus carnes desnudas y maltratadas y tu boca abierta. Eres mía en esas fantasías, real y absolutamente mía y de mi capricho, como un juguete favorito; mía, sólo mía; soportando pruebas infranqueables, atendiéndome, desviviéndote, fregando el piso desnuda, sudorosa y humillada como una perra esclava; hasta que no das más de tantos absurdos rigores y me lo increpas, y sale la feminista militante que hay en ti y te propongo, entonces, terminar el juego, y ándate y no vuelvas más nunca, y olvídate de mí. Tú llanto ahora es en serio, más desgarrado que nunca e histérico, con babas y mocos saliendo por tu nariz y boca. Te arrastras como una lombriz hasta mis pies, solicitando perdón, que no lo volverás a hacer, que te azote, que te escupa, pero que no terminemos el juego. No, rotundos nos, no; vístete, no te tocaré y vete de aquí. De rodillas, así empelotas, diriges tu vista al cielo; tu cara mojada en lágrimas, te tocas la cabeza con ambas manos y lanzas un NOOOOOOOOO desgarrador, como de dentro de un abismo profundo y tus carcajadas de llanto hacen que tus enormes tetas colgantes, tus ubres de vaca, se agiten en un pequeño bamboleo tembloroso, como si lloraran también de forma independiente, paralela y solidaria a tus ojos.
-Nooooo, noooooo, por favor, noooo, no terminemos, no me botes, te lo imploro, esto es lo único que tengo en mi vida.
La imagen patética de verte desnuda rogando, me endurece el falo y con furia te agarro a bofetadas en el rostro y en los pechos, para luego darte con una varilla fina, una lluvia de golpes en la espalda, implacables y lacerantes.
-¿ No es esto lo que te gusta ?, ¿es esto lo que quieres, Claudia? ¿te gusta esto ? ¿es esta tu terapia?.
Como nos contestas, te sigo castigando hasta que lanzas el aullido lastimoso y lloroso que los dos esperamos,
-Me gusta, me gusta, no pares, sigue y rómpeme el lomo.
Tu llorar es tan conmovedor que me detengo y te abrazo por detrás, besándote el cuello salado y susurrándote,
-Calma, calma, ya pasó, ya pasó, dolorosa.
Tus hipos rezagados se prolongan durante varios minutos, hasta que se acaban y quedas en silencio y suspirando relajada. Te llevo al baño, yo mismo te jabono el cuerpo y enjuago, te seco con la toalla para luego quedar ambos, sentados, desnudos en un sofá escuchando la música que te gusta, a oscuras, sin hablar, fumando y sintiendo nuestras pieles.

sábado, 16 de mayo de 2009

CARTA MORBO.

La conversación de ayer me dejó pensando y quiero aclararte que si bien la muerte está presente en mis textos y en mi imaginario, ella no es mi tema, ni mi fetiche, ni mi perversión o como quieras llamarle (al menos no conscientemente).
No me deleito con las muertes femeninas, sino con su sufrir y en última instancia con el cuerpo de una mujer sufriente. Tengo una fascinación por el cuerpo; lo admiro, babeo por las femineidades de una chica (y por las tuyas, por cierto ), les rindo culto, me son insoportablemente bellas; en consecuencia, mal podría estar pensando en destruirlo o en afearlo y mucho menos en darle muerte; ello porque se acabaría mi placer, ya no habría cuerpo para babear, no habría diosa a quien sacrificar ... y las diosas no resucitan como en la leyenda cristiana; sería un placer para una sola vez, como fusil de chispas del siglo XVIII , de un sólo tiro, y no es eso lo que deseo. No obstante, no dejo de pasarme imágenes fuertes contigo, sobre todo desde que me anunciaste tu voluntad de entregarte absolutamente a mí. Son fantasías que me inquietan, me dan escalofríos. En mi imaginario te llego a colgar de las tetas con unas cuerdas atadas alrededor de tus pechos; proyecto el cuadro en un pasado en el que gritabas, ahogándote por el dolor; era espantoso. También te imagino siendo clavada a una cruz, de las muñecas como en aquel relato que ya sabes; nunca haría eso contigo, Clau , de verdad lo digo, pero te digo que mi pene sufrió fuertes refregadas imaginando tus alaridos cuando el martillo clavaba en tus muñecas y sobre todo en tus pies; tus gritos eran los de una cerda, ¿has escuchado alguna vez a los cerdos cuando los sacrifican? sus gritos son horribles . Así te imaginaba, babeando, meándote; tu pecho subiendo y bajando aceleradamente, tu abultado y desnudo vientre , temblando brillante de sudor cuando te movías convulsivamente a cada martillazo que te daban . ¡Por dios¡ y con eso me pajeaba , con la imagen de una tortura espantosa, de tu pequeña boca abierta gritando, de tus lindos ojos abriéndose desmesuradamente, saltones y rojos por las lágrimas, el espanto y el dolor.
Y ahora que lo pienso, es tu cuerpo, tan sólo tu cuerpo, doliente, atrapado, sometido lo que me enloquece de lujuria ¿por qué? no se. Cuando hablo de cuerpo, Claudia, no me refiero tan sólo a tus tetas o a tu sexo o a tu trasero; me refiero a toda tú , con tu rostro incluido, con tu mirada, con tu voz, tu cuello, las lágrimas, el cabello; es todo el conjunto, es todo el contexto lo que forma parte de mi fetiche.
No me molesta que divagues, para nada. Me gusta esa Claudia especuladora, teórica, con tintes de pensadora. Sigue especulando que me gusta. Había desarrollado una verdadera misoginia ya que siempre las mujeres con que me he topado han sido tan prácticas, tan aterrizadas, tan poco soñadoras, tan dadas a aburrirse con las divagaciones. Por suerte hasta en eso coincidimos, mi chica dolcett. A propósito de dolcett girl, pensé que no sabrías lo que era una chica dolcett, pero veo que me equivoqué, parece que ya lo sabías, ¡es increíble ¡ convergemos en los mismos puntos.
Me dijiste algo así como que un masoquista era un sádico frente al espejo, pues bien, yo te digo y así lo había pensado, que un sádico es un masoquista frente a un espejo. A mí me gustaría sufrir, ser torturado como eso que imaginas y cada vez que pienso como sometedor, estoy torturándome a través del sometido porque yo no puedo hacerlo directamente, no me encuentro digno para ello. Por eso siempre te estoy diciendo que te admiro, te venero, me gustaría vivir tu sufrir, meterme dentro de ti, tan sublime eres.
Jajajaja , pero esto no es más que especulación y delirio, quien sabe cómo habremos de comportarnos llegado el caso, espero que con sentido común.

viernes, 8 de mayo de 2009

DESPUES DE HABERTE..

Después de haberte contado de mis proyecciones, me quedo pensando en el hecho de que a cambio de ellas tú sólo tienes palabras tiernas y solicitudes para conmigo. Yo te doy mis imágenes cerdas y cochinas y tú me regalas flores y ternuras llenas de humilde docilidad. No dejo de sentirme ogro y si bien la culpabilidad forma parte de mi morbo y de este juego, me pesa. Me traduces canciones, me muestras tus secretos, eres consoladora y dices esas cosas que sólo una mujer bien mujer sabe decir a un hombre para que se sienta bien. No sólo de apretones y flagelos vive la princesa del dolor, no sólo de crucifixiones y martirios se alimenta la santa llorona, mi víctima preferida y compadecida. Si pudiera sacarte, aunque sea por unos minutos, del pozo profundo en que yaces desnuda y cautiva, te mostraría que, aquellos mundos verdes, esos cristales que imaginas, existen también en mi mundo.
Aparte de las visiones oscuras y sádicas que ya conoces, tengo otra quizás más oscura (y de la cual hablo en el cuento de Julia Sádica) en donde soy torturado y crucificado junto a una mujer. En esa imagen, el único puente erótico que se establece entre ambos es el sufrimiento, la unión de soledades para formar una soledad más grande aún, más impotente e imponente, pero compartida y más sentida. Esta fantasía, para mí, es lejos la más morbosa y oscura porque no hay salvación, ni placer para nadie. Si estás sometida, me das placer y te lo das sabiendo que yo me derrito al saberte y observarte oprimida. Si me sometes, lo mismo, pero al revés. Pero si ambos somos humillados (en este caso los terceros opresores no tienen importancia porque somos tú y yo tan sólo) el único placer es contemplar tu dolor o contemplar el mío a través de tí y viceversa. La única plenitud es saberse acompañado en el trago amargo. ¿Por qué te cuento esto?, pues porque si no puedo sacarte del abismo infernal, si no puedo ser dócil y tierno, quiero ser condenado junto a tí y mirar sufriendo tu sufrir de víctima, para que sepas que ambos agonizamos juntos.
Perdona estas y las otras letras decadentes. Agradezco tus ternuras de hembra. He leído tus poemas con detención. Hay tanta soledad, se revela mucha desdicha. Es tentador haber encontrado a la tetona morbosa que me dice que está dispuesta a ser tratada como me plazca, a ser mi esclava, a emborracharse conmigo si así yo lo deseo, pero también me gustaría aliviar con cariños y no sólo con azotes; quiero ayudarte a llevar la cruz a tu Gólgota, quiero darte a beber el calmante amargodulce cuando estés clavada en la cruz de tormento.
Nota:La imágenes son del fotógrafo Pascal Renoux. Cualquier similitud de las imágenes de las fotografías con la realidad, es mera y aboluta coincidencia.

lunes, 4 de mayo de 2009

OTRO PROYECTO PARA TÍ...

Otro proyecto para tí, Claudia, es el de “obligarte” a bailar la danza del vientre, estilo Shakira.
Vamos, debes hacerlo desnuda y lo más lasciva posible. Te da vergüenza y no quieres, ni puedes hacerlo. Te ato con los brazos en alto en aquel árbol frondoso del que te hablaba, quedas en punta de pies. Te daré 4 golpes con un cable eléctrico que serán sólo una muestra del castigo que te espera si no bailas. El castigo será de 20 golpes en total. Con todas mis fuerzas te doy en la espalda y nalgas hasta completar la muestra de 4. Los dolores los sientes como insufribles, por lo que prometes bailar. ¡Cuan humillada te sientes¡ Suena la música árabe y comienza el bamboleo de tu cuerpo. Tus carnes se mueven y me haces babear de excitación; veo que aún estás tiesa así que te mando un golpe con el cable para animarte, el que se enrosca en tu tronco haciéndote gritar; le pones algo más de empeño; cierras los ojos de vergüenza, procuras mover la pelvis y los brazos como lo haría una odalisca; de tus ojos cerrados comienzan a caer lágrimas. Me acerco a tí; limpio las lágrimas con mi lengua; están saladas. Siento tu busto enorme sobre mi pecho, tu cuerpo es tan cálido.

-Estuvo bien, Claudia, me gustó tu baile.

Esa noche follamos hasta hartarnos. Tregua a tu sufrimiento.