Llegamos al hotel y nos sentamos abrazados a ver unos videoclips que pasaban en un canal cable de la Tele. Recuerdo que me llamó la atención uno de "QUEEN", "Friends wil be friends", nunca lo había visto. A esa altura yo no sabía qué iba a hacer. Mandé a Claudia a acostarse y me encerré en el baño; allí, apoyado contra la pared, dejé unos trozos de bambú que previamente había partido en dos con mi cortaplumas a fin de que no resultaran unas varillas demasiado gruesas, y una cinta para embalar; luego oriné, cepillé mis dientes y me metí en la cama. Claudia había comenzado a ponerse melosa sobándome las pelotas y con palabras que pretendieron ser rudas le dije que se durmiera.-Lo que usted desee, mi señor.En ese "usted" detecté un dejo de rebeldía y provocación de parte de mi seudo-esclava, provocación que yo, de buena gana, habría correspondido, pero aún no me animaba. Le di un besito y me volví a mi lado dispuesto a dormir. Me preguntaba qué estaría pensando de mí, no me habría extrañado que se levantara furiosa por mi inercia, se vistiera y se fuera, mandándome previamente a la mierda. Extrañamente me relajé y me quedé dormido.
-------------------------------------
-------------------------------------
Con el sol pegándole implacable en el rostro, Claudia se debatía entre alaridos y estertores desesperados. Estaba con los brazos en alto, colgada de un grueso tronco al que tenía sus muñecas clavadas al árbol y lo mismo sus pies. Por su cuerpo, enteramente desnudo, corrían hilos de sangre que se mezclaban con el sudor que abrillantaba su piel. Su pecho subía y bajaba con desesperación, como si se ahogara. Sus labios vaginales estaban atravesados por un anzuelo del cual pendía un letrero pequeño en el que podía leerse "PUTA ESCLAVA, DESDICHADA". Su cara, descompuesta por el dolor, los ojos cerrados y apretados, sus axilas regadas por la transpiración y la sangre y sus abultadas tetazas moviéndose al compás de su tórax agitado, formaban un conjunto de horror que me llamaba a acercarme hasta su cadalso. Cuando tuve sus ensangrentados pies a la altura de mi boca, incliné la cabeza hacia arriba y le miré al rostro; ella abrió los ojos y con la voz temblorosa me dijo:
-DOLOR, DOLOR, MI DOLOR ES INSUFRIBLE, CRISTIÁN; MI DOLOR ES TUYO, MI DOLOR, AY, MI DOLOR .........BÉSAMEEE, CRISTIÁN, BÉSAME.Entonces le besé los pies sanguinolentos, lamí sus dedos, tobillos y el horadado empeine. Mis labios se llenaron de sangre, pero no me importó. Yo mismo me extrañé de no sentir ningún tipo de asco o pudor por haber hecho aquello; luego, rocé mi mejilla y frente en sus pies como en una caricia de gato. Claudia seguía con unos uf uf entrecortados mientras yo la miraba como embobado y horrorizado al mismo tiempo. De pronto, su cuerpo comenzó a convulsionarse, se estremecía como si sufriera algún tipo de ataque o electrocución: abrió los ojos con desmesura como si se le fueran a salir y cientos de gotitas de sudor perlaron su frente y mejillas; lanzó un agudo grito y luego, bufando y berreando, como si se entremezclara el dolor y la ira, dijo:
-SUFRIMIENTO, SUFRIMIENTO, MI SUFRIR, SOLEDAD, MI SOLEDAD, HUMILLACIÓN, MI HUMILLACIÓN, MI DESDICHA, ACOMPÁÑAME, CRISTIÁN.
Su ataque convulsivo se hizo más feroz hasta que, con la vista hacia arriba y derramando gruesas lágrimas, gritó.
-HUMILLAS, ME HUMILLAS, CRISTIÁN, HUMILLACIÓN, HUMILLACIÓN, POR DIOS, HUMÍLLAME, CRISTIÁN, HAZLO, HUMÍIIILLAME, TORTÚRAME.
Luego de esto se desvaneció y su fatigado cuerpo expulsó una cascada de orina amarilla y mojones de excremento.
-----------------------------------------
De un salto desperté medio aterrorizado. Desconocí el lugar en donde estaba. Encendí la luz y allí a mi lado vi el poto grande y blanco de Claudia; dormía boca abajo, muy serena y tranquila. Yo todavía tenía el corazón acelerado y casi saliéndoseme por la boca por el espantoso sueño.
CONTINUARÁ.