Tu cuerpo está aceitado, el mío también, todo, absolutamente todo. El aceite se mezcla con el sudor, lo siento entre mis nalgas, debajo de mis axilas, entremedio de mis piernas, el cuello; tú estás igual, diría que peor: el estar así nos excita en demasía, vertiginosamente. Nos acariciamos, nos gusta hacerlo, sentir el cuerpo del otro aceitoso.
Te agarro del cuello muy brusco, te entierro mis dedos apretándolos hasta que te veo abrir la boca; te tomo por detrás, con mi pene aceitado te toco tu trasero aceitado, siento que se me endurece tanto, siento que, imperiosamente, debo sacarme el glande fuera desnudándolo, me corro el prepucio para que el cabezón pueda respirar y gotear libremente. Tu espalda está tan mojada, brillante. Te beso la espalda y ya no doy mas; te agarro las tetas, yo detrás de ti......ojo.. detrás; las amaso, les retuerzo el pezón, tus tetas me vuelven loco, quisiera arrancártelas, comérmelas crudas asadas con aliños. Me induzco la baba para llenarte de baba el cuello. Con una mano aprieto una teta con la otra trato de refregarte el clítoris, lo jalo, tu vagina también está aceitada. Pasamos largos minutos así, y luego me dan ganas de culearte por detrás, de metértelo por el ano, esta vez no tengo pudores de ningún tipo, y quiero hacerlo para sentir mi sexo apretadito entre tus esfínteres; no me importa nada, no me importa que quede con caca, con TU caca. Te lo meto culo adentro y mientras mi mano te restriega el clítoris, tú me ayudas, no lo puedes evitar, también te refriegas con el dedo, tratas de ganarle a mi dedo de quitarme tu clítoris, nuestros dedos luchan y se resbalan se besan entre ellos también se aman, también están aceitosos y transpirados.
Es rico sentirme dentro de tu recto. Soy violento, dándote fuerte sin piedad, aullando, lamiéndote el cuello, no quiero besos esta vez sólo lametones, quiero llenarte de mi saliva donde caiga donde chorreé...me voy, me corroooooo, AAAAAAUUUUUUUUUUUUUU.
