miércoles, 17 de marzo de 2010

EL CUENTO DE CLAUDIA.


"INICIO"

Ya no siento dolor, mi señor, porque dolor no es la palabra. Me deshago, me derrito, siento que mis brazos se desprenden de mis hombros, que mis pies y piernas ya no existen, que mis entrañas tienen vida propia y desean huir de mi cuerpo, escaparse transformadas en líquido. Mi cabeza afeitada y mi cuerpo desnudo están escaldados por el sol abrasador; entero está brillante y embadurnado de sangre y salado sudor, sin embargo mi lengua y mi paladar se encuentran secos hasta la garganta y más allá aún. Mojada por fuera, seca por dentro ¡que ironía¡. Ya no puedo gritar, se me va la vida en pequeñas exhalaciones. ¡Oh, ADONAY¡ no me das la muerte ¡que larga resulta esta agonía¡. Me parecen años desde que me izaron en la cruz hasta ahora, y tan sólo ha transcurrido un cuarto de hora. Al principio me desmayaba y volvía a despertar por el espantoso dolor ¡que caos, Dios mío¡ el sufrimiento me dormía, el sufrimiento me despertaba. Nada podía calmar el dolor; ni los gritos de cerda en el matadero, ni la baba que se me escapaba al chillar, ni el sudor frío, ni la orina ni las heces, ni el cerrar ni el abrir los ojos, ni el retorcimiento de mi cuerpo tratando de acomodarse, buscando la postura menos dolorosa; nada, absolutamente nada.
Ya todo está pasando, Adonay, sois vos quien me está dando la muerte que tanto deseo. Ya no tengo fuerzas ni para sufrir y el descanso final se acerca ¡gracias os doy, mi Dios, por eso¡.
Los soldados ya se fueron cansados de ser crueles y de satisfacer sus instintos de machos brutales, no había tanta necesidad de vigilar y de contener a los curiosos. Poca es la gente que transita por este lado del basural ya que es la parte más inmunda de él. Puedo ver a unos 5 o 6 hombres que no paran de mirar mi sufrimiento y mi cuerpo desnudo. Sé que los embarga la lujuria, conozco a los hombres. Un poco más allá, atrás de ellos, cubriéndose en parte con un matorral raquítico, está un joven; se manosea el sexo mirando a las dos Nubias crucificadas desnudas frente a mi. Ellas acaban de ser clavadas y sus gritos me parecen horribles; así deben de haber sido los míos al principio. Las Nubias están crucificadas de PECHO, de la manera tradicional como se cuelga a las mujeres; sus gigantescos y redondos traseros de negra están a la vista, brillantes y cruzados por las marcas del látigo. Yo, en cambio, estoy de espalda, como son crucificados los hombres, como fue colgado mi maestro. Lo hicieron así para avergonzarme, para que todos vieran mis grandes tetas, mi vientre blanco y mi sexo peludo y para satisfacer así la sanguinaria lujuria de los soldados y de los caminantes y de los mismos que yo satisfacía en las noches de juerga. Objeto de placer en vida, objeto de placer en la agonía ¿esa ha sido mi vida?.
Pero os lo confieso, Adonay, me gustaba hacerlo, me gustaba ser objeto de placer, y peor aún, y no obstante el espantoso sufrimiento que ahora me atormenta, me gusta ser exhibida aquí, delante de todos, con mis intimidades al aire. Sé que, secretamente, esos hombres están admirando mi cuerpo desnudo y maltratado, como si fuera un ídolo en un altar de dolor. Me he transformado en una diosa ofrendada con torturas y miradas concupiscentes. ¡Oh, mi Dios¡ sé que ese es Belzebú, el que siempre ha estado dentro de mí y que mis pensamientos son blasfemos. No los puedo evitar, mi Señor, os pido perdón.
CONTINUARÁ.

1 comentario:

LEONOR DINAMARCA dijo...

http://www.e-absenta.com/blog/leonor_dinamarca_la_poeta_del_thrash/2010-03-21-58
nos cuenta su experiencia bebiendo Absenta en Barcelona, su relación con la provocación y con el under! Por Revista Absenta.Leonor Dinamarca: La poeta del thrash - 21 de Marzo 2010 - Blog - Revista Absentahttp://www.e-absenta.com/