martes, 18 de enero de 2011

LEYENDAS ALTERNATIVAS 2.

Descubrí algo:
El reproche y el autoflagelo que se hace el depresivo, esa falta de estima propia, la baja estima, esos castigos que se infiere a sí mismo no son más que reproches y castigos y protestas dirigidas a otros.
Así es el sacrificio, todos debimos ser condenados a la cruz.
Lo que en realidad quería hacer dios era condenarnos a todos a la cruz, eso deseaba con todo su ser; quería arrancarnos la vida muy lentamente y con inmenso dolor. Pero no lo podía hacer, matarnos a todos no podía. Se enfureció y por furioso y dolido y rabioso condenó a su propio hijo (que es como condenarse a sí mismo) al suplicio.
¿Era dios o Jesús un depresivo? parece que esa es la idea que va envuelta en esta leyenda del hijo del hombre: dios (y su hijo) era un triste; triste por las infracciones (pecados) de sus criaturas, pero no sólo triste o, por triste, también furioso con ellas y entonces su furia y agresividad se volvió contra él mismo y para que el dolor fuera más grande aún sacrificó a su propio hijo (que es como sacrificarse así mismo) y nos lo enrostra permanentemente.

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