C está durmiendo,
C sueña,
C se toca el cuerpo,
C se despierta,
C se masturba,
C vuelve a dormirse.
El despertador suena;
el alba.
C se levanta, C de mal humor,
C se ve al espejo; se encuentra fatal.
C se mete al baño, se asea;
vuelve a masturbarse debajo de la ducha y llora mientras el agua corre por su cuerpo confundiéndose con las lágrimas;
C se imagina que el agua es sangre derramándose, se figura una Sebastiana flechada, una mujer apuñalada.
C se afeita los sobacos y el púbis; sale de la ducha y vuelve a mirarse al espejo;
C siente vergüenza, se cubre con la toalla.
C se viste,
C desayuna,
¡estoy atrasada¡(stressada).
C conduce a toda prisa su automóvil,
C llega a su trabajo,
C con el ceño fruncido,
C con cara larga todo el día,
C odia a sus compañeros y a sus jefes,
C apestada todo el día y ansiando la hora de salida,
C y el dolor.
C sale de su trabajo,
C entra a un "pub" , se toma una cerveza, se acerca un tipo, hablan un rato;
C con esperanza,
C y el dolor y el placer.
El tipo dice algo que a C le fastidia,
C se larga enojada, el tipo no entiende.
C decide irse a casa,
C llega su departamento;
se queda sentada en el sofá a oscuras; C piensa y piensa,
C abre una botella de coñac, se toma dos vasos y va por el tercero;
C piensa y sigue pensando,
se toma la cuarta copa.
C estalla en lágrimas,
C piensa que es una borracha sentimental y se odia por eso.
C se descubre las tetas , se las acaricia,
se refriega con furia el clítoris, se sigue sobando las tetas:
C vomita un sollozo conmovedor al momento cúlmine,
C sigue llorando más allá del orgasmo.
C no tiene sueño y sus ojos abiertos sólo ven la oscuridad de su departamento,
C sabe que sus ojos están rojos por el alcohol y las noches insomnes, desea dormir y soñar,
C desearía siempre estar soñando,
C retrocede al pasado y quiere ver el futuro.
C y el dolor,
C y el placer,
C atrapada en su abismo.
A C se le ocurre golpearse la cabeza contra la pared,
golpearse hasta sangrar, golpearse hasta morir;
C se arrepiente de hacerlo, siente miedo,
C cobarde;
C se burla de su cobardía.
C se desnuda en la oscuridad y se siente libre;
la libertad de la oscuridad.
Con una correa se autoflagela el cuerpo como una penitente, se azota vehemente; C dice, no más, basta;
C vuelve a sollozar como una niña.
C no quiere el dolor,
C se cansa de la muerte.
¡Hey¡ oye, C, C,
escucha;
C, Clau, ¡oye¡ Claudia,
oye, escucha;
estoy aquí y pienso en tí.
«La bruja»: Adelaide Crapsey; poema y análisis.
Hace 3 horas
4 comentarios:
obsesisvamente omnipresente
ou
T.T
Masturbación con furia, esperando aliviar el alma. Profundamente identificada.
y los años pasan y ella sigue llorando, sigue soñando, sigue sufriendo en silencio y en la oscuridad.
g
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