lunes, 30 de diciembre de 2013

CAMINANTE 3.

El invierno porque es invierno, la primavera porque es primavera, la costa porque es húmeda, los árboles porque son verdes y porque son árboles, por cómo  me hablas, porque no me hablas, porque sí me hablas, por las frases hechas, por las no dichas, por todo me duele. Ya terminó la historia ¿habrá terminado realmente? por supuesto que yo deseo que sea una historia sin fin.

Ayer hubo una tormenta tan fuerte dentro de mi cuerpo, una espantosa y dolorosa tormenta. Vi ratas gigantes, burros verdes, manchas negras en el aire. Hoy pasó, hoy estoy sereno y hasta humilde ¿qué será que tengo dentro? un germen seguramente, el grano que todos llevamos y que a mi ya se me comenzó a manifestar.
Quiero ir al oráculo ¿consulto al oráculo? ¿para qué? eso ya no tiene caso, ella tiene razón, yo no puedo darle el amor que ella requiere porque ese amor debe sostenerse sobre algo. Algo, entiende bien, algo. Nada tengo, sólo una impotencia feroz, nada. 
Le pregunto al tarorista ¿volveré a verla de nuevo algún día, volveré a verla en mi vida? ¿es cierto que me quiere o sólo lo dice de la boca para afuera, para no herirme?
¿Por qué no voy a buscarla? ¿por qué no hago el loco, un super loco? un salto al vacío, desde un acantilado con la esperanza de caer sobre una almohada de plumas que de arriba no se ve, eso es hacer un loco, un super loco. Tendría que irme caminando hasta ella desde mi casa, atravesar América ¿tendría sentido algo así? y supongamos que llegue ante ella después de un par de años de miserias, ahorros y desastres, con las patas cocidas, más viejo y más flaco y más enfermo y ella me dice, ¡que loco estás¡ si ya hace años te había dicho que no te quería que sólo quedas como un amigo a la distancia en un rincón de mi cuore, hace años que soy otra ya ni me acordaba de ti y que la etapa superada y la evoluchion.
Todo esto es ridículo, pensar y escribir esto lo es, insensato. 

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